Queridos hermanos y amigos,

Es un gozo dirigirme a ustedes como presidente de la Federación de Iglesias de la Alianza Cristiana y Misionera en España (FIACME). Nuestra misión es clara: ser un instrumento en las manos de Dios para la expansión de Su Reino, llevando el mensaje transformador de Jesucristo a cada rincón de nuestra nación.

Desde sus orígenes, la Alianza Cristiana y Misionera ha vivido impulsada por una visión profundamente misionera y un firme compromiso con la plantación de iglesias. En ese mismo espíritu, desde FIACME promovemos con convicción el Plan España de Plantación de Iglesias, creyendo que cada pueblo y ciudad necesita una iglesia viva que proclame el evangelio y sea un testimonio visible del amor de Dios.

La Palabra nos recuerda en Romanos 10:13-15:
“Porque todo aquel que invoque el nombre del Señor será salvo… ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados?”
Este llamado sigue vigente hoy. A pesar del avance tecnológico y la globalización, aún existen zonas en España donde el evangelio apenas ha sido anunciado. Regiones como Asturias, donde la presencia evangélica es menor al 1%, nos desafían a actuar con urgencia y compasión.

Aunque mi ministerio comenzó en las Islas Canarias, el Señor ha ensanchado esta visión hacia toda la península, con una proyección que alcanza también a Europa. Creemos que España no solo es un campo fértil para el evangelio, sino también una plataforma estratégica para llevar el mensaje de Cristo a las naciones.

Por eso, en FIACME trabajamos incansablemente para fortalecer nuestras iglesias, capacitar nuevos líderes y fomentar una comunidad de fe comprometida con la misión. No buscamos simplemente iglesias que crezcan, sino que también envíen. No solo comunidades que prediquen, sino que transformen.

Les animo a unirse a este llamado. Que juntos podamos levantar una generación de creyentes que respondan con obediencia al mandato del Señor, llevando esperanza, restauración y vida nueva en Jesucristo a cada rincón de España… y más allá.

Con afecto fraternal,

Pastor Aristides Flores